miércoles, 2 de octubre de 2013

La redención del antihéroe: Breaking Bad.

Entrada con Spoilers del final de la serie Breaking Bad.

El pasado domingo fue emitido el capítulo final de una serie que ya es historia de la televisión. Aclamada por crítica y público, VinceGilligan nos ha narrado a través de cinco temporadas la que para muchos ya es la mejor serie de la historia. 

Todo comenzó en el año 2008, cuando el profesor de química Walter White (Bryan Cranston) es diagnosticado con cáncer y, para poder pagar su tratamiento, decide que es momento de cocinar metanfetamina. Para mover su magnífico producto, el señor White pide ayuda a un antiguo alumno, JessePinkman (Aaron Paul), un joven que lo único que ha hecho en su vida ha sido tomar una mala decisión tras otra.

Pero mucho ha llovido desde entonces y ahora nos encontramos con un señor White que se hizo con el negocio de la metanfetamina y se convirtió en Heisenberg, el diablo en persona. Su familia le ha repudiado y Jesse, su único amigo, lo único que siente hacia él es miedo.

Porque de eso trata el capítulo final de BreakingBad. Del miedo. Del miedo que siente Walt al ver llegar su hora, del temor que tiene de acercarse para despedirse de su familia, de su propio hijo que le ha deseado la muerte. Del terror de Jesse hacia todo lo que le rodea, un mundo en el que entró por su propio pie y del que necesitaba salir como fuese. 
Y es el señor White, aquél que años atrás introdujo a Jesse por primera vez en una caravana para enseñarle la fórmula de la cocción de la metanfetamina, el mismo que tiempo después se redime de sus pecados en un ajuste de cuentas tarantiano y logra salvar a Jesse, para sacarlo del mismo mundo en el que lo sumergió, demostrando que queda algo de la persona que una vez fue. 

Una persona que a través de cinco temporadas hemos visto cómo se ha ido convirtiendo en diablo paso a paso, matando, engañando a su familia e infundiendo el miedo allá por donde iba. Porque por donde Heisenberg pasaba, no crecía la hierba. Pero en su final, tras aceptar su situación con su familia y obtener su redención, abandona el mundo de la única manera que el diablo podría hacerlo. Porque sólo el diablo puede acabar con el diablo.


Francisco M. Pérez.


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